Érase una vez un ratoncito que era perseguido por un gato, viendo el ratoncito que no tenía escapatoria le pidió ayuda a un perrito pero este era muy pequeño a comparación del gato, el cachorro le suplico y suplico al gato que no se devorara a su amiguito, pero el gato no hizo caso y se lo comió, entonces el perrito juro qe se vengaría y con el paso del tiempo el cachorro creció y molestaba y molestaba al gato hasta que este decidio irse de esa casa.
Moraleja:"nunca subestimes a nadie, por más pequeño que parezca".
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